Cuando llegue el caos, todos estaremos sumergidos en el mismo escenario
Editorial; Si se baja el telón y se va la luz no habrá función solos ante el espejo de sálvese quién pueda duele ese caos se llama el abismo
Impensable que el coronavirus nos haya puesto ante el espejo y lo que vemos frente a nosotros sea la imagen de la insolidaridad. El sálvese quién pueda. Ha llegado el abismo, de nosotros depende si todo se va a la porra.
AGENCIA MANACORNOTICIAS 17/05/2020 - 07:47:13
En uno de los audios recibo una explicación de 43 minutos sobre la rebelión ciudadana que llega a nuestras calles y plazas, a las entidades financieras, supermercados, impagos, alquileres, agua, luz, butano.

Editorial: Dedico varias horas a escuchar los audios que me han ido mandando personas que me merecen gran respeto, sin intereses ocultos. Después de la demostrada manipulación de los medios de comunicación y la lucha encarnizada por hacerse con el titular y la gestión de la opinión pública, intento abstraerme de tanto ruido y prefiero beber de fuentes de confianza. Está claro que nos han robado muchas cosas en esta pandemia y el denominado Estado de Alarma ha servicio para todo, un roto y un descosido. Ahora se anuncia un mes más de mando único (otra mentira) con el beneplácito, supervisión y reparto del poder con nacionalistas, e independentistas.

Esos audios que escucho, como les digo, me dan pistas sobre la Emergencia Social que hay en los domicilios y las familias, al borde de un estallido humanitario. La subsistencia tiene nombres y apellidos y las ONGs, voluntarios, entidades sociales y humanitarias están desbordadas. Mientras, miles de personas toman cervezas y refrescos en las abarrotadas terrazas sin cumplir ningún protocolo, sin distancias, sin mascarillas, sin limpiar mesas y sillas, dándose la mano y abrazos, compartiendo todo y dejando el virus de lado para los sanitarios y quienes están en primera línea.

Muchos no entendemos nada, la gestión de la pandemia es un despropósito mayúsculo. Se han escondido los féretros, el luto, el dolor, el drama, los sentimientos. La España en blanco y negro le duele hasta los más sensatos.

Muchos no entendemos nada, la gestión de la pandemia es un despropósito mayúsculo. Se han escondido los féretros, el luto, el dolor, el drama, los sentimientos. La España en blanco y negro le duele hasta los más sensatos. Ayer se inundaron las redes sociales con la muerte del profesor Julio Anguita, un político que predicó con el ejemplo, que renunció a su paga vitalicia, que dejó de lado las puertas giratorias, que no le tembló el pulso para decirles cuatro cosas muy gruesas a quienes ostentan el poder desde hace muchos años, PP, PSOE, catalanes y vascos. Todos ellos ayer le rindieron homenaje, pero saben que el viejo profesor era el pueblo, nunca fue casta.

En uno de los audios recibo una explicación de 43 minutos sobre la rebelión ciudadana que llega a nuestras calles y plazas, a las entidades financieras, supermercados, impagos, alquileres, agua, luz, butano. Está delante de nuestras narices, mucho antes de terminar el confinamiento. Habrá que ver la dimensión. Ese ejército que han escondido porque su estética no le gusta a cuatro majaderos que ostentan el poder absoluto, tendrán que volver a salir a la calle para ayudar a los municipales y otras fuerzas de seguridad porque sin dinero ni comida no hay pueblo que respete nada.

Mientras todo esto pasa, el presidente y los suyos siguen instalados en el plasma, cobran dietas, pluses, productividad, nocturnidad, viajes, aunque estén en casa confinados. La información es una pantalla donde se leen los comunicados y poco más. Todo se manipula. Pero el hambre les perseguirá siempre sin perdón alguno. Quienes mandan en ocasiones dejan de tener el poder en segundos. Los grupos de la oposición con su juguete territorial se distraen pensando que si miran para otro lado todo puede hundirse antes para que la hojarasca se lleve por delante el equilibrio.

Hasta Manolo el del Bombo vive en la indigencia y para seguir respirando ha sacado a subasta el ruidoso invento por si sale algún nostálgico del deporte o de la historia con posibles y le inyecta una transfusión de vida unos cuantos meses. Espera que cuando vuelva el deporte sin público siempre puede tener un espacio al lado de los nuevos payasos de la tele. Manolo tendrá gancho como otros sin llevar nada encima, además necesitarán millones de extras en la animación imaginaria de los estadios sin personas. Las multinacionales chinas y americanas darán donativos.

Impensable que el coronavirus nos haya puesto ante el espejo y lo que vemos frente a nosotros sea la imagen de la insolidaridad. El sálvese quién pueda. Ha llegado el abismo, de nosotros depende si todo se va a la porra o tenemos reflejos suficientes para darnos cuenta que cuando llega la gangrena puedes perder una parte, quedarte inválido o irte al carajo. Será fácil elegir cuando llegue el caos, todos estaremos sumergidos en el mismo escenario, figurantes, protagonistas y estrellas. Si se baja el telón y se va la luz, no habrá función. Rafael Gabaldón San Miguel.

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